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Camilo... la vida como performance

Extracto del libro CAMILO –és perillós abocar·se–, de Antonio Orihuela e Isaías Griñolo

 

En Barcelona lo pasé en grande, sobre todo en el verano del 76 donde sentí un aire de libertad que tardaremos tiempo en volver a respirar. Quizás todos nos hemos aburguesado un poco. No sé. Quizá me he llevado muchos desengaños. Yo, ya sabes, hacía moda. Y esto está totalmente prostituido… Barcelona, hoy, no ofrece ningún tipo de locura callejera. Porque la locura debe estar en la calle. No en los bares y pubs donde se nos explota sin consideración. Estamos en un estado de apatía que la policía, con sus palos, ayuda a instaurar.

Camilo, entrevista para la publicación Ajoblanco, mayo de 1979

 

 

Nosotros no nos consideramos marginados, los marginados son los demás.

Camilo, entrevista en el programa de televisión Planta Baja, 1986

 

 

Ocaña un buen día se disparató por la fama y yo me disparaté por la infama.

Camilo, entrevista en el programa de televisión La Edad de Oro, 1983

 

 

 

Prólogo

 

En todas las épocas los humanos han soñado con las tierras de Utopía. A finales de los años sesenta y principios de los setenta para muchos inquietos esas tierras tenían una ubicación muy concreta: Barcelona. Desde todos los puntos de España emigraron hacia la capital catalana hombres y mujeres fascinados por un lugar que prometía, más allá de trabajo, dignidad y cultura, unas posibilidades de desarrollo personal y creativo entonces inéditas en otros lugares de la península. Algunos de ellos se convertirán también en los grandes protagonistas de uno de los periodos más apasionantes de la historia reciente de la ciudad, como Camilo Cordero (1953-1994, Moguer, Huelva).

 

La historia de Camilo Cordero se desarrolló a la par de otros dos artistas, de los que fue amigo íntimo y colaborador asiduo, mucho mejor conocidos y estudiados que él, nos referimos a los sevillanos José Pérez Ocaña (Cantillana, 1947 – Sevilla, 1983) y Nazario Luque Vera (Castilleja del Campo, Sevilla, 1944), activistas artísticos vinculados desde primera hora a la escena alternativa de nuestro país, y gérmenes de lo que, a mediados de los setenta, fue el prístino Movimiento de Liberación Gay de España.

 

Los tres emigraron a comienzos de los setenta a Barcelona buscando nuevos horizontes para su creatividad y también nuevos espacios de sociabilidad donde dar rienda suelta a su identidad sexual. En los años setenta sus vidas se entremezclaron visibilizando, por primera vez en España, unas prácticas performativas callejeras que, en palabras de Paul B. Preciado, los situaron como sujetos post-género y sin identidad, preocupados en redefinir los campos de acción del arte a través de la experimentación personal y del error. Una vida nueva, hecha de formas inéditas de relación y producción (comunas, orgías, bandas, cafés, talleres, fanzines), que era imposible vivir con plenitud dentro de los férreos esquemas morales impuestos por el nacionalcatolicismo de Franco y que la izquierda tradicional miraba con recelo.

 

Camilo es sobretodo conocido por su participación en las filmaciones de las Jornadas Libertarias Internacionales organizadas por la CNT en el Parque Güell de Barcelona y otros materiales audiovisuales de la época (Archivo Video Nou, 1997), y por la película Ocaña, retrato intermitente (Ventura Pons, 1978), mítico film centrado en el pintor José Pérez Ocaña, del que fue cómplice en la mayor parte de las acciones y performances que éste desarrolló en Barcelona desde mediados de los setenta y primeros ochenta. Esos años de efervescencia cultural terminan por formar el carácter y la estética de Camilo como pintor, actividad que compagina con la de modelo, actor y militante gay.

 

Podría decirse que su obra plástica se integra plenamente en la Nueva Figuración, corriente dominante durante los años ochenta, aunque él, desde su ideología libertaria, siempre rechazará convertir su arte en mercancía, siendo reacio a vender sus cuadros que, sin embargo, se expusieron en locales y bares de amigos de Barcelona, Sevilla y Moguer […].

 

Camilo murió en 1994 víctima del SIDA.

"Camilo... la vida como performance", tráiler del film

(2018)

"Camilo... la vida como performance" fue presentado por primera vez en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, en el año 2018. Posteriormente, ha sido mostrado en el Ateneu Barcelonès y en el Queerzzine de Castelló, ambos visionados en el año 2019.

© 2016–2018 Isaías Griñolo